Nuestra vida está rodeada de palabras, que
escuchamos por accidente o porque son para nosotros, leemos, nos lanzan o simplemente llegan a nuestra
mente. Las
palabras pueden unir o desunir, construir o destruir, todo dependerá de quien
las use para que las use y con qué intensión.
Proverbios 18:21 La muerte y la vida
están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos.
Primero pensemos, hay una batalla que nosotros libramos a diario pero
no es una batalla física o corporal sino
espiritual, (efesios 6:12); ¿porque?.. Pensemos en la forma en que somos atacados, por enfermedades, escasez, desordenes financieros, conflictos familiares, sentimentales,
laborales, personales. … los cuales nos aturden y nos pesan todos los días, nos
atormentan algunos hasta el punto de no poder dormir, ni disfrutar de nada, ni
siquiera de la compañía de nuestros seres queridos y tampoco encontramos el gozo del Señor para
fortalecernos, porque nos distraemos en nuestros pensamientos y en las palabras
que vienen a nuestra mente.
Esta batalla es de palabras… ¿crees que libras una batalla de palabras?
Estas palabras a las que me refiero nos dicen una y
otra vez: “No podrás”, “todo acabo”, “se burlaran de ti”, “eres un fracaso”,
“nunca saldrás de esta”, “siempre serás así”, “nada te sale bien”, “Dios no te
ama”, “todos te abandonaran hasta Dios” …. Y podría haber miles de más
palabras, prestas para seguir triturando nuestro ánimo, nuestra FE.
Es importante que tengamos conciencia de la
importancia de nuestras palabras porque bien dice Santiago
3:5 "Así también la
lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, !!cuán
grande bosque enciende un pequeño fuego!" y la lengua es ese fuego pequeño. Cuidemos lo que decimos porque no sabes lo que ocasionará en los
demás. Todas estas palabras generan aflicción y te bloquearán, la diferencia estará en como
reaccionaras ante ese momento. Tenemos ejemplos en la biblia de personas
que a causa de palabras amenazantes
sintieron angustia:
· Daniel – Hablaron
en su contra y se aliaron para acabarlo. Pero él no perdió la fe (Daniel 6:21-22)
· Elías – Amenazado
de muerte se escondió. Pero Dios nunca lo abandono hasta envió un ángel para
que recobrase fuerzas y ánimo. Su
refugio fue Dios (Reyes 19:1-15)
· Ester – Su pueblo
fue amenazado por un decreto y ella debía hablar con el rey aunque eso podría
significar su muerte. (Ester 4)
Santiago
3:9-10. Con nuestras palabras también bendecimos la vida de otros, pero
igual bendecimos nuestra propia vida. (2 corintios 10:3-5) nos dice que podemos
derribar fortalezas. Les recuerdo, porque ya más de uno es entendido, ha escuchado o ha experimentado el poder de
Dios en sus vidas. Pero no lo creemos.
Si lo creyéramos hermanos cuando esas miles de
palabras vinieran a nuestra mente le dijéramos “Cállate”, (Marcos 4:39)
Tenemos la autoridad de decirle al problema
“cállate no me atormentes, porque se solucionará en el nombre de Jesús”. Debes hablar
y no quedarte callado, la palabra tiene poder, y tú tienes ese poder. (Juan 14:12)
Si somos
como Cristo entonces:
• Vamos a dar
de comer al hambriento
• Vamos a
predicar las Buenas Noticias a los pobres
• Vamos a
sanar a los enfermos
• Vamos a
liberar a los cautivos
• Vamos a
echar fuera demonios
• Vamos a
escandalizar a los religiosos
¿Cómo
funciona la palabra en contra nuestra?
Astutamente, así como a Eva quien sabía que NO debía probar del árbol del
conocimiento del bien y del mal, pero la serpiente con sus palabras astutas la
convencieron (2 corintios 11:3); así
funciona las palabras en contra nuestra, otros ejemplos claros son:
· Dalila - Y aconteció que, presionándole ella cada día
con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia. (Jueces 16:16)
· Goliat - Amedrantó al pueblo de Israel y al Rey Saúl, se sentían inseguros justo por todas las palabras que de día y de noche les decían 1 Samuel 17:8-9;11;16
El problema no fueron las palabras, fue como
las recibieron y lo que ellas hicieron o querían hacer.
El
punto de todo esto es, NO está bien que les digamos a otros estas palabras de
desánimo o sin amor pero, ¿como nos tratamos a nosotros mismos?, ¿Como actuamos
ante esas palabras? (Proverbios 16:24)
- Con la palabra de Dios resistiendo a los ataques
- Recordando promesas dadas a nuestras vidas
- Sabiendo que con Cristo somos más que vencedores
- Nuestras palabras deben ser bendición para otros
- La palabra no es para contienda. 1 tim 6:3-4
- Evitar toda palabra ociosa – chisme Mt 12:36
Recordemos
hoy y siempre que todo lo que decimos es como una semilla plantada en buena
tierra, crecerá y allí dará fruto y ¿que fruto dará?
Alabar, declarar, adorar, agradecer, bendecir,
predicar, maldecir, gritar, blasfemar, lanzar palabra de odio, chisme, mentir…
Todas esas palabras tendrán un resultado en nuestra vida y la vida de otros. Mateo 15:11 “No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la
boca, esto contamina al hombre.”
“Porque de cierto os digo que
cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en
su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será
hecho.”
Marcos 11:23
Marcos 11:23
Accionemos
siempre con palabras de fe y amor, para ganar en esta batalla constante de
palabras.
Diga el
débil…Fuerte soy!
Joel 3:10