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lunes, 27 de julio de 2015

Leccion de vida #16: LA PEREZA, COMPAÑÍA DE LOS FRACASOS

  

Nos acostumbramos a  decir  “¡que pereza tengo! o luego lo hago” y postergamos todo lo que tenemos que hacer con excusas a las que llamamos “razón”, para justificar nuestra falta de entusiasmo y/o compromiso.

Postergamos tantas cosas en nuestra vida que no nos damos cuenta que aunque nosotros nos detengamos, el tiempo, la tierra y todo lo demás continúa en movimiento.

La palabra de Dios nos dice “El alma del perezoso desea, y nada alcanza;
Mas el alma de los diligentes será prosperada. Proverbios 13:4”


No debemos quedar en intenciones

Mucho cuidado cuando sientas absoluta pereza o desánimo ante algo que en inicio te daba alegría y satisfacción, sobre todo si se trata de un compromiso importante como los adquiridos con Dios y tu familia. Aunque las intenciones en ocasiones importan y satisfacen a algunos, al final no son nada cuando se trata de un compromiso, obligación y/o trabajo que debimos realizar.

Cuando nos comprometemos en medio de la alegría y el ánimo todo parece estar perfecto y nos sentimos valerosos ante el reto, pero cuando se acerca la dificultad y todo deja de tornarse tan sencillo preferimos rendirnos y dejar todo en “la intención”… intención de cumplir su palabra, intención de no pecar… eso no cuenta en tu salvación, cuenta cuando somos diligentes y con mucho juicio cumplimos lo establecido, a pesar de las luchas y dificultades no perdemos la visión, y por el contrario nos mantenemos firmes dispuestos a cambiar lo que está mal a la luz de la palabra de Dios, todo con un arrepentimiento genuino como ofrenda fragante para Dios.

“Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja, halla perdón. Proverbios 28:13”


Luchar, para triunfar

“Todo esfuerzo tiene su recompensa,  pero quedarse sólo en palabras lleva a la pobreza. Proverbios 14:23-25”

Si continúas en pereza, buscando cada vez un pretexto para evadir responsabilidades y no hacerte compromisos, entonces siempre fracasaran tus proyectos. Sin esfuerzo no hay resultados satisfactorios.

Todo requiere un esfuerzo eso está claro, sin embargo, aún nos conformamos con lo poco en lugar de movernos hacia la meta con la confianza de que quien está guiando nuestros pasos es Jesucristo.

Dios tiene para quienes lo aman planes de bienestar: “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. Jeremías 29:11”

La pregunta es, ¿quieres verlo realizado en tu vida? Como lo sabrás si solo te sientas a ver como otros avanzan y tú te quedas fijo y estancado.

Ahora bien no creas que todo lo que deseas es lo que necesitas ten siempre claro un versículo: Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Mateo 6:33”

Lo que Dios quiere para ti es aún más grande de lo que tú podrías imaginar para ti mismo, y es lo más grande  porque es lo  MEJOR.

Decidir tomar las riendas

Pongámonos en marcha, sacudamos nuestros pies y pellizquemos nuestras mejillas para despertar del letargo de la rutina en la que nos encontramos. Cambiemos nuestra manera de pensar y de ver, por una mejor, refiriéndonos a todo aquello que está mal y nos separa de la meta de Dios.

Existe una realidad que nos cuesta a muchos para no decir a todos, TRATAR DE NO PERDER EL TIEMPO, difícil es disciplinarse y cumplir todas las metas que nos proponemos por amor a Dios, pero si no damos el primer paso en fe, nos quedaremos en los “hubiera”.. Si yo hubiera ido, si yo hubiera hecho, si yo hubiera actuado.

“Pero el Señor le dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? ¡Ordena a los israelitas que se pongan en marcha! Éxodo 14:15”

Así como Dios le respondió a Moisés y le pidió a su pueblo “marchar” y caminar hacia el mar, lugar que parecía imposible atravesar a pie, así debemos actuar nosotros, decididos y confiados de que Dios tomará nuestra mano y nos respaldará en cada cosa que decidamos mientras que sea su voluntad, en bien de nuestro crecimiento espiritual y personal.

“Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Santiago 2:17”


DILE ADIÓS A LA PEREZA, PUES LA FE SIN OBRA ES MUERTA, MUEVETE DE TU COMODIDAD Y DIOS SE GLORIFICARÁ.

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