Nos acostumbramos a
decir “¡que pereza tengo! o luego
lo hago” y postergamos todo lo que tenemos que hacer con excusas a las que
llamamos “razón”, para justificar nuestra falta de entusiasmo y/o compromiso.
Postergamos tantas cosas en nuestra vida que no nos
damos cuenta que aunque nosotros nos detengamos, el tiempo, la tierra y todo lo
demás continúa en movimiento.
La palabra de Dios nos dice “El
alma del perezoso desea, y nada alcanza;
Mas el alma de los diligentes será prosperada. Proverbios 13:4”
Mas el alma de los diligentes será prosperada. Proverbios 13:4”
No debemos
quedar en intenciones
Mucho cuidado cuando sientas absoluta pereza o
desánimo ante algo que en inicio te daba alegría y satisfacción, sobre todo si
se trata de un compromiso importante como los adquiridos con Dios y tu familia.
Aunque las intenciones en ocasiones importan y satisfacen a algunos, al final
no son nada cuando se trata de un compromiso, obligación y/o trabajo que
debimos realizar.
Cuando nos comprometemos en medio de la alegría y
el ánimo todo parece estar perfecto y nos sentimos valerosos ante el reto, pero
cuando se acerca la dificultad y todo deja de tornarse tan sencillo preferimos
rendirnos y dejar todo en “la intención”… intención de cumplir su palabra, intención
de no pecar… eso no cuenta en tu salvación, cuenta cuando somos diligentes y
con mucho juicio cumplimos lo establecido, a pesar de las luchas y dificultades
no perdemos la visión, y por el contrario nos mantenemos firmes dispuestos a
cambiar lo que está mal a la luz de la palabra de Dios, todo con un
arrepentimiento genuino como ofrenda fragante para Dios.
“Quien encubre
su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja, halla perdón.
Proverbios 28:13”
Luchar, para
triunfar
“Todo esfuerzo
tiene su recompensa, pero quedarse sólo en palabras lleva a la
pobreza. Proverbios 14:23-25”
Si continúas en pereza, buscando cada vez un pretexto
para evadir responsabilidades y no hacerte compromisos, entonces siempre fracasaran
tus proyectos. Sin esfuerzo no hay resultados satisfactorios.
Todo requiere un esfuerzo eso está claro, sin
embargo, aún nos conformamos con lo poco en lugar de movernos hacia la meta con
la confianza de que quien está guiando nuestros pasos es Jesucristo.
Dios tiene para quienes lo aman planes de
bienestar: “Porque yo sé muy bien los planes
que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de
calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. Jeremías 29:11”
La pregunta es, ¿quieres verlo realizado en tu
vida? Como lo sabrás si solo te sientas a ver como otros avanzan y tú te quedas
fijo y estancado.
Ahora bien no creas que todo lo que deseas es lo
que necesitas ten siempre claro un versículo: “Más
bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas
les serán añadidas. Mateo 6:33”
Lo que Dios quiere para ti es aún más grande de lo
que tú podrías imaginar para ti mismo, y es lo más grande porque es lo
MEJOR.
Decidir
tomar las riendas
Pongámonos en marcha, sacudamos nuestros pies y pellizquemos
nuestras mejillas para despertar del letargo de la rutina en la que nos
encontramos. Cambiemos nuestra manera de pensar y de ver, por una mejor, refiriéndonos
a todo aquello que está mal y nos separa de la meta de Dios.
Existe una realidad que nos cuesta a muchos para no
decir a todos, TRATAR DE NO PERDER EL TIEMPO, difícil es disciplinarse y
cumplir todas las metas que nos proponemos por amor a Dios, pero si no damos el
primer paso en fe, nos quedaremos en los “hubiera”.. Si yo hubiera ido, si yo
hubiera hecho, si yo hubiera actuado.
“Pero el Señor le
dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? ¡Ordena a los israelitas que se pongan en
marcha! Éxodo 14:15”
Así como Dios le respondió a Moisés y le pidió a su
pueblo “marchar” y caminar hacia el mar, lugar que parecía imposible atravesar
a pie, así debemos actuar nosotros, decididos y confiados de que Dios tomará
nuestra mano y nos respaldará en cada cosa que decidamos mientras que sea su
voluntad, en bien de nuestro crecimiento espiritual y personal.
“Así también la
fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Santiago 2:17”
DILE ADIÓS A LA PEREZA, PUES LA FE SIN OBRA
ES MUERTA, MUEVETE DE TU COMODIDAD Y DIOS SE GLORIFICARÁ.
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