Creo
que todos en algún momento hemos dicho o escuchado decir esta frase, que
expresa vehementemente lo resuelto y seguro que somos sobre las decisiones que
tomamos y demuestra nuestra valentía ante los demás.
En
esta vida acelerada muchas veces no nos queda tiempo de pensar detenidamente
para tomar una decisión y actuamos por “intuición” o por impulso. ¿Pero que
sucede si esa decisión tomada a la
ligera resulta inconveniente para nuestra vida o para los que nos rodean? ¿Cómo
sabemos de antemano si esto será bueno o no y si es malo que hacer?
Siempre
decimos “la vida es complicada”, y la realidad es que no es fácil vivirla según
los criterios y exigencias de este mundo, tener dinero, reconocimiento,
estudios, trabajo, familia, hijos, carro, casa… y si pensamos en todo esto nos
volvemos locos. Es allí donde el enemigo actúa y nos atrapa tratando de
mostrarnos una salida no adecuada a todo lo que nos agobia para hacer la vida
“más fácil” y sin arrepentimientos.
¿De que arrepentirnos
y de que no?
El
arrepentimiento denota cambio de mente, idea o pensamiento, que lleva a un
cambio de vida o actitud. Saber de qué tenemos que arrepentirnos puede variar
según lo que tú consideres que es bueno o malo y es allí donde inicia el verdadero
aprendizaje, cuando decidimos llamarle a lo malo “malo” y reconocer lo bueno,
agradable y perfecto como algo digno de exaltar (la voluntad de Dios).
Entonces
esta pregunta es sencilla de responder, ¿De
que arrepentirnos? De todo aquello que hayamos hecho y vaya en contra de la
voluntad de Dios escrita en su palabra; cuando mentimos, insultamos, herimos,
actuamos inmoralmente, engañamos o somos egoísta, solo por mencionar algunas
cosas. ¿Y que no merece nuestro
arrepentimiento? Todo lo bueno que hacemos para agradar a Dios, cuando
rechazamos al pecado aunque otros nos señalen de locos, bobos, extraños o
antisociales aguafiestas… cuando soportamos el vituperio (insulto) de otros por
creer y seguir las enseñanzas de nuestro Señor, es allí donde debemos decir ¡No
me arrepiento de lo que hice! Pues rechacé al pecado y eso agrada a mi Señor.
“Por
tanto, para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, a
fin de que vengan tiempos de descanso de parte del Señor” (Hechos 3:19)
¿Sirve de algo
arrepentirnos de lo que hacemos?
Sirve
para que te alejes de lo malo y no lo vuelvas a cometer, sirve para que
nuevamente Dios te mire y para que valga la pena el Sacrificio de Cristo en la
cruz por tus pecados, el arrepentirse del pecado mejora hasta tu estado de
ánimo. Será coincidencia que el día siguiente que te emborrachas amaneces con
resaca o mal humorado, con ganas de no hacer nada? Pues claro que no, eso es
consecuencia del pecado.
Una
vez nos arrepentimos es decir, cambiamos nuestra mente hacia la voluntad de
Dios, inicia algo en nosotros, una disposición a que las cosas pueden mejorar y
si hicimos algo en el pasado que fuera
reprochable ahora aunque estemos viviendo las consecuencias NO lo volveremos a
hacer y dejaremos que Dios actúe en nuestra vida haciéndola mejor. Además de esto, y lo más importante que cabe
resaltar, Jesucristo mencionó muchas veces el arrepentimiento a sus apóstoles y
a todos los que se acercaban a escucharlo diciendo “Arrepiéntanse, porque el reino de los
cielos se ha acercado. (Mateo 4:17)”, con esto quiso decir que Él
estaba con ellos y era muestra suficiente para dejar la vida errada que
llevaban y cambiarla por una con miras a la salvación de sus almas y encuentro
con él en el paraíso.
Para
eso sirve el arrepentimiento, para mejorarnos, como personas, amigos, hermanos,
padres, compañeros y sobre todo ser llamados hijos de Dios heredando la vida
eterna.
“No
se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de
su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y
perfecta.” (Romanos 12:2)
¿Existe solución al problema con
arrepentirse?
Si
causaste un problema, arrepentirte no borrará el pasado, sin embargo es una
forma de reivindicarte tanto con Dios como con las personas que afectaste. Esto
en caso de que se tratara de un evento que involucre otras personas (amigos,
familiares, vecinos. etc). Cuando se tratan de decisiones que tú tomas y no
resultan ser las mejores siempre habrá arrepentimiento y desearás no volverlo a
cometer el mismo error, lo que obtienes de esto es el aprendizaje para tu vida,
un cambio de mentalidad y actitud ante las cosas, ser mejor.
Pero
quiero aclarar amigo mío algo muy importante, no pienses que si una situación
te genera placer o felicidad momentánea no merece arrepentimiento “después del
gusto que venga el disgusto”, no es correcto mantenernos en posiciones engreídas
y soberbias creyendo las filosofías de este mundo y dejándonos llevar por los
placeres porque “la vida es una sola”, les debo hacer una advertencia, Dios es
amor pero también es fuego consumidor, no tolera la necedad, el orgullo, la
rebeldía que trae consigo el pecado; bien dice en su palabra “Hay caminos que
al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte” ( Proverbios
14:12). Caminos que llevan al infierno, a la perdición de su alma… ¿eso
quieres para ti después de la muerte? No lo creo. Pues no desperdicies esta
oportunidad que te ha dado Dios para que le conozcas. “Tú desprecias la inagotable bondad,
tolerancia y paciencia de Dios, sin darte cuenta de que es precisamente su
bondad la que te está llevando a convertirte a él.” (Romanos2:4)
Un
verdadero cambio ser genera desde dentro de tu alma y espíritu y se refleja en
tu exterior, es por eso que en su palabra dice “Haced, pues, frutos dignos de
arrepentimiento.” (Mateo 3:8)
esos frutos mostraran el cambio en nuestra vida, no para agradar a
la gente pues entre más busquemos de Dios más nos rechaza el mundo, se trata de
agradar a Dios, a quien le debemos la creación de todo lo que vemos, sentimos,
escuchamos y olemos.
¿Deseas
saber cuáles son esos frutos? ¡ALEJATE
DEL PECADO Y SIGUE A CRISTO! Todos esos frutos se verán en ti: dejarás de
adulterar, mentir, serás amable, tendrás verdaderos amigos, amaras
sinceramente, valoraras la vida, te unirás más a tu familia, respetaras tus
compromisos, podrás dejar el alcohol y las drogas… esto inicia con tu decisión
de arrepentimiento y cambio pero culmina con tu humillación a Dios. “Porque el que
se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” (Mateo 23:12)
RECUERDA: Es bueno
arrepentirse, reflexionar y cambiar de rumbo. Arrepentirse es estar conscientes
de la falta y NO volverla a cometer, si nunca hubo arrepentimiento solo se trató
de cargo de conciencia y no de un cambio verdadero.
Equipo Cristo Tu
Best Friend