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miércoles, 30 de abril de 2014

Historia #9. Abuso Sexual y el perdón



Historia tomada de “creandotuvida.com”

La siguiente historia sucedió hace 15 años, siendo yo muy joven.  Fui víctima de abuso sexual por parte de tres personas cuando tenía tan sólo 21 años. No éramos amigos, sólo conocía a uno de ellos.  No fui consciente cuando sucedió porque se valieron de colocar algo en la bebida que me ofrecieron.  Ni siquiera pude defenderme.  No recuerdo más. Al día siguiente cuando recuperé la consciencia me di cuenta de lo que había ocurrido, no es necesario entrar en detalles.  Por más que intentaba no podía recordar nada. Estaba desesperada.  Me encontraba en una casa particular muy grande y muy lujosa. Busqué rápidamente la salida y al llegar a la calle, mi primera reacción fue llorar y correr… correr sin rumbo hasta que me detuve y al encontrarme cerca de donde vivía Paula, una de mis mejores amigas, decidí ir a verla y contárselo… pero no pude hacerlo. 

Sólo le pedí a Paula que me acompañara a casa y que después hablaríamos. Desde ese momento todo cambió en mi vida. Sentí como si algo se había quebrado dentro de mí.  No podía entender por qué me había sucedido algo así. Traté de buscar una respuesta, traté de recordar y no lo conseguía, necesitaba contarlo, pero cada vez que intentaba hacerlo la culpa y el miedo se apoderaban de mí. Pensé muchas veces en poner una denuncia pero nunca fui lo suficientemente valiente para hacerlo, no sabía cómo afrontarlo. Viví mucho tiempo con eso bien guardado. Mi comportamiento cambió mucho, dejé  de interesarme por los estudios, me dejé llevar muchas veces por el alcohol y comencé a deprimirme.  Me alejé de mis amigos, en varias ocasiones intenté acabar con mi vida y comencé a hacerme daño. Me convertí en una persona completamente desconfiada, rebelde y me perdí. 
A veces, pensaba que con el tiempo podría olvidarlo todo y comenzar nuevamente, ése era mi propósito, pero el pasado era más fuerte, sentía que necesitaba ayuda. Por las noches mis oraciones sólo pedían volver a construir mi vida, olvidar y encontrar el camino nuevamente.

Fue así que un día encontré en un café a mi amigo Fer.  Habíamos dejado de vernos hacía mucho tiempo y al encontrarlo, decidí que se lo contaría, pero no lo hice porque mientras conversábamos me llamó mucho la atención lo que hacía.  Escribía varias frases repetidas, como una tarea de nivel básico en la escuela. Cuando le pregunté me dijo que había iniciado una terapia sobre la Dieta del Perdón, y que estaba perdonándose.  Al principio pensé que era una broma por el nombre (¡Dieta del Perdón!), luego comenzó a explicarme de lo que se trataba. Todo lo que dijo llegó a tocar lo más profundo de mí ser y me di cuenta de toda la rabia que sentía contra mí, contra mis padres, contra la gente, contra esas personas, contra el mundo. Le pedí información sobre  la terapia y me dio los datos para hacer una consulta.  Se lo agradecí muchísimo.

De esta forma inicié mi terapia de Rebirthing (renacimiento, volver a nacer). Conocí a Ana y fue la primera vez que pude hablar de lo que me había ocurrido años atrás. Contando los detalles y llorando mucho, sentí que me liberaba de un gran peso. Después comencé con mi Dieta del Perdón. Fue muy difícil en un principio.  Comenzaba y no la terminaba, pero al final logré hacerlo y en dos años conseguí perdonar a 18 personas. Cuando decidí perdonar a estas 3 personas puse todo mi empeño para hacerlo de corazón, pese a que necesitaba remover el pasado y recordar, sentí como toda esa historia, se convertía en eso, exactamente en “una historia”, no existía más dolor, ni me producía tristeza y sobre todo, la culpa que llevaba había desaparecido. Leí muchas historias de personas que habían pasado por la misma situación y también numerosos libros sobre el perdón. Lo más importante que aprendí fue que todos tenemos la fortaleza para afrontar las cosas que no podemos cambiar, la capacidad para perdonar y cambiar y así mejorar nuestra vida. Aprendí que nadie tiene el derecho ni el poder de destrozar tu vida, destruir tus ilusiones y hacerte sentir culpable, a menos que tú se lo permitas. Aprendí que no importa cómo sucedan las situaciones en nuestra vida, siempre estamos en brazos de lo Divino, que es justamente donde encontramos nuestra fuerza.


En esta historia cabe resaltar algo sumamente importante, el perdón, es necesario perdonar a quienes nos han hecho daño de esta forma encontraremos la paz y el camino será despejado en nuestra mente y corazón. Pues así como le sucedió a nuestra amiga de la historia nos sucede a todos cuando algo agobia nuestro corazón y comenzamos a buscar culpables, odiamos a los demás e incluso a nosotros mismos; lo importante es darnos cuenta que podemos tomar la decisión de cambiar todo eso que nos asedia y que sin duda alguna tendremos ayuda de nuestro Padre Celestial quien siempre velará por nosotros y nunca nos desampara.


 “Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten…, pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará.” (Deuteronomio 31:6)

Equipo Cristo Tu Best Friend 

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